La habitual guerra de cifras se cierne sobre la manifestación contra el gobierno (con minúscula) del pasado domingo. No sé cómo los aquilatadores calculan la capacidad. Supongo que, si les conviene, considerarán que cada persona debe tener el suficiente espacio para llevar a toda la familia, con lo que, en tantos metros cuadrados, les salen sólo unos 45.000 asistentes (ver gráfico ampliado).
Pero más vale el cálculo a ojo (ver fotos una, dos, tres y cuatro). Sólo con lo que había en las calles periféricas podría llenarse el estadio Bernabeu (81.000 plazas), y ya será el doble de lo calculado por los calculadores y calculadoras tendenciosos y tendenciosas.
Añádanse las personas de la plaza y de los paseos de La Castellana y Recoletos (ver plano), y considere cualquier usuario de multitudes deportivas cuántos Bernabeus saldrían. En la foto cinco se ve claramente que la calle serrano, con la Puerta de Alcalá al fondo, estaba de bote en bote incluso lejos del centro de la convocatoria. Y Génova, aunque no sale en las fotos, estaba llena también hasta Alonso Martínez
Una nueva intentona de tomarnos por tontos a los españoles.
Al final va a ser cierta la estimación comparativa que he recibido por «guasap» esta mañana.
Rectifico. La última es lo que publican hoy los periódicos sobre que el Indigno anuncia elecciones para el 14 de abril y luego lo desmiente.
Me recuerda a un chiste algo largo de contar, en el que un profesor quiere que sus alumnos vean cómo se deforma una noticia al pasar de uno a otro. El último alumno, al ser interrogado por lo que le habían pasado, exclama: «que el maestro es un H.P. y quiere volvernos a todos locos».