No sé por qué, hoy me he despertado con el recuerdo de una letrilla que aprendí de joven:

Quien al oír ¡Viva España!
con un ¡Viva! no responde,
Si es hombre, no es español,
y si es español… no es hombre.

Quise saber de quién era, y lo busqué en internet.

Resultó ser una jota de un gran coplero aragonés, Luis Sanz Ferrer, del que Juan Lacasa (http://www.juanlacasalacasa.es/a-19831222.htm ) dice que “es acaso el colaborador de El Pirineo con más garra, autenticidad jaquesa y aragonesista, hondamente original y con lugar propio en las antologías de la jota y el baturrismo, con austeras notas montañesas y pirenaicas, sin requisitorios, concreto y rotundo.

Fernando Solsona, presidente del Ateneo de Zaragoza, lo incluye en la Gran Enciclopedia Aragonesa por su librito «Cantos y Cantas», entre las trece colecciones  más importantes y populares de 1901 a 1950.

Una jota popular, pues.

Luego miré otras entradas, por saber más sobre el autor, y encontré a un tal José Luis Melero, afectado de “buenismo” (http://www.joseluismelero.net/jota_impurezas.htm), que blasona de buscar las raíces populares de la jota, pero que dice que las letras que cantaban a España, como esta de Luis Sanz u otra que el mismo Melero cita:

Todos los aragoneses
al gritar Viva mi tierra
no dicen Viva Aragón
dicen Viva España entera

no son en realidad populares, sino que responden a una ideología. Así, en negativo.  ¡Como si «el pueblo» no pudiera pensar! ¡Como si el valor de autenticidad que suele añadirse a “la gente del pueblo” sólo fuera cierto si se ajusta a lo marcado como correcto por los “progresistas”!
¡Decir eso sí que es ideología!

Alfredo Vílchez