Pues sí, otra vez aquí. Allá por febrero de de 2010 la tecnología se embarulló y nos complicó la vida. Luego, la mano de obra cualificada fue difícil de encontrar. Después, a principios de 2011, la jubiliación, el ansia de aprovechar la libertad para hacer el camino de Santiago y la resaca posterior. Y en 2012, sin escarmentar, la Vía de la Plata, de Sevilla a Santiago (1060 km. en 46 días), la desilusión posterior por la vida habitual, la añoranza del Camino y las tareas de mi ascenso a «yaquetienestiempohazmeesto» han retrasado la continuación. Pero estoy otra vez aquí, con nuevo formato, aunque con la misma intención de alzar la voz, aunque sin la certeza de que alguien la oiga.
Quizá por eso la historia se repite y los problemas son eternos. Consultando bibliografías he localizado unos versos que lo demuestran. Dicen así:
Los cuerdos fuir debrían
do los locos mandan más
que cuando los ciegos guían
¡Guay de los que van detrás!
Son versos de Gómez Manrique (tío de Jorge Manrique, al que le enseñó las coplas de pie quebrado que luego harían famoso al sobrino), siglo XV, y se refieren a la época de Enrique IV, pero son plenamente actuales, como podemos ver (por cierto, lo de «guay» no es el coloquial «estupendo» de nuestros días, sino todo lo contrario: una forma enfática de la queja «¡Ay!»). La palabra «más» es un adverbio, no una referencia profética.
Luego encontré otros de la misma época y en el mismo sentido (esta vez del jienense Hernández Mejía), que se pregunta donde están los que valen:
¿Dó los reinos bien regidos,
dó los buenos regidores?
¿A do los sabios sabidos,
a dó los buenos señores?
¿A dónde los buenos reyes?
¿dónde los buenos prelados?
¿Dónde están las buenas leyes
que castigan los pecados?
No son diagnósticos actuales, pero casi, Como también podría serlo un texto casi contemporáneo que me remitió un buen amigo y que incluyo a continuación:
Mientras la terrible crisis económica actual ha arruinado o está en camino de arruinar a los modestos productores, y la masa obrera sufre como nunca la pesadilla del paro, la cifra de los beneficios obtenidos por los beneficiarios del orden actual de cosas, los dueños de la Banca, es elevadísimo.
Así la tarea urgente que tienen los productores es ésta: destruir el sistema liberal, acabando con las pandillas políticas y los tiburones de la Banca.»
Su autor, José Antonio Primo de Rivera (Diario «Arriba», nº 20, de 21 de noviembre de 1935). Curioso ¿no?
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-AELPON-Alfredo Vílchez