Oigo, Europa, tu aflicción,
y escucho el falso concierto
que gritan, con poco acierto,
por la salida de Albión
Con el reciente acuerdo para que los británicos dejen la Unión Europea, oigo en radios y televisiones los lamentos de presentadores y contertulios porque Gran Bretaña se vaya a marchar, dejando a Europa incompleta.
A Gran Bretaña nunca le ha importado Europa más que para incordiar en ella, quedándose luego en su isla, a la que era difícil llegar. Lo de la invención de la aviación fue un duro golpe para su cómodo aislamiento, cierto, pero la vocación de imperio sigue, y lo peor es que muchos europeos —los del continente, claro— siguen considerándolos esenciales, y dándoles privilegios, como lo de permitirles una moneda propia cuando todos tenemos el euro; lo de dejarle tener fronteras cuando todos en estamos en el espacio Schengen, o dejarles contribuir con el llamado “cheque británico” por el que se les hace un descuento en la cotización que le correspondería a la Unión Europea.
Favores a piratas que, históricamente, sólo han considerado Europa, como decía al principio, para embarullar en los conflictos y forrarse con ellos.
Maestros de la propaganda, exaltan desmesuradamente las victorias y ocultan las derrotas. Por ejemplo, entre las primeras, las de la Gran Armada; y entre las segundas, su enorme derrota en Cartagena de Indias. No es problema el que lo hagan, sino que consigan que los buenistas del mundo, incluidos los muchos españoles que lo son, utilicen el término jocoso de “Armada Invencible” que ellos pergeñaron; o que nadie les eche la bronca por borrar de sus registros históricos toda la documentación que atañe a la citada derrota en Cartagena de Indias, hasta el extremo de crear una especie de amnesia colectiva que hace que historiadores ingleses actuales divaguen en un par de líneas cuando se refieren a ello.
Sin duda algún listo, al leer que digo que intervinieron permanentemente en Europa, insista a grandes voces que España hizo lo mismo durante ciento cincuenta años al menos, y no se dará cuenta de que está cayendo en la ignorancia colectiva, porque España no intervino, sino que defendió unos territorios a los que tenía pleno derecho, cosa que no le ha ocurrido a Gran Bretaña en ningún momento de su historia, si exceptuamos lo que siguió a la medieval invasión normanda al oeste de Francia.
Actualmente ha hecho fortuna el término “colonización extractiva”, para definir el hecho de que un país explote a otro y además le obligue a consumir los productos que fabrica con las materias primas que le ha “extraído”. Es plenamente aplicable a las colonizaciones históricas inglesas, pero, al parecer, por sus intenciones presentes, podría pensarse que siguen queriendo aplicar el sistema a la Unión Europea, así que, por mi parte, si se van, que se vayan. No darnos cuenta de que podemos seguir siendo Europa sin ellos, es no merecer una Europa Unida.
Alfredo Vílchez